lunes, 12 de mayo de 2008

Recuerdos que construyen identidad

Hay momentos en la vida que no se olvidan, son recuerdos que cada uno de nosotros guardamos en lo más profundo de nuestros corazones...Si yo tuviera que elegir uno de los tantos recuerdos elegiría el de mi niñez ya que comenzas a aprender cosas nuevas, es en esta etapa donde el mundo te empuja a vivir. Recuerdo que en mi infancia me alegraba mucho cuando llegaba los domingos ya que constituia un verdadero ritual cuando con mis familiares nos reuníamos a comer el típico "ASADO"(que es por excelencia la base alimentaria de los argentinos)...Cuando mi papá comenzaba a hacer el asado, a los pocos minutos ya se podía sentir el delicioso aroma y con mi prima corríamos hacia la alacena a buscar los platos para poner la mesa, compitiendo entre nosotras para saber quién ponia mayor cantidad de platos (y como es de suponerse siempre un vaso o un plato caía al suelo rompiéndose en mil pedazos). Recuerdo que cuando mamá preguntaba quién había ganado la competencia, como a ninguna de las dos nos gustaba perder, agarrábamos de las manos y lavantando los brazos y saltando gritábamos ¡¡¡EMPATAMOS!!!, todos sonreían y nos felicitaban... Mientras disfrutábamos el delicioso almuerzo, compartíamos charlas muy divertidas ya que recordábamos anécdotas que cubrían nuestros rostros con las sonrisas menos esperadas. El tiempo pasó y es imposible que no se produzca el inmenso misterio de que tiempo atras fui niña y hoy en día soy una adolescente y que con el tiempo se fue perdiendo la costumbre, aunque nunca falta la oportunidad y cualquier excusa es válida para volver a reunirnos y disfrutar del bello momento en familia...Probé diferentes asados, en distintos lugares y hecho por distintas personas y pude notar que el sabor es totalmente diferente. A partir de este relato comparto con ustedes parte de mi pasado, algunos de aquellos recuerdos que me acompañarán el resto de mi vida.
Como conclusión puedo decir que la cultura Argentina es como un asado, por que cuesta mucho trabajo hacerlo,"el que se pone al mando" siempre termina sucio... tiene un aroma inconfundible que lo caracteriza,pero a la vez nos hace dar cuenta que cada uno tiene su propias características... y que para que las costumbres que amamos se mantengan depende de cada uno de nosotros.

YOLANDA VERA

No hay comentarios: