martes, 24 de junio de 2008

Segunda Entrega: Si creían que Edipo Rey era una tragedia compleja y con un final tremendo, lean esta historia:

Entre el amor y la muerte

Juan Guido era un joven de tan sólo 25 años, su vida estaba marcada con su desgraciado destino…
Todo comenzó cuando él era un bebe y su padre, el comisario de la ciudad, lo entregó al nacer a una enfermera porque era un hijo extramatrimonial y nadie debía saberlo para no perder su prestigio y el respeto de los ciudadanos por él.
Los años pasaron y Juan Guido por el odio acumulado, terminó convirtiéndose en un líder del mercado de tráfico de drogas.
Una noche, en el local donde se encontraban los traficantes, se produjo un importante y sangriento encuentro entre policías y narcos, donde él (Juan Guido) mató a un hombre que estaba del lado de la ley con 3 disparos al corazón. Tras estar 2 años preso, le dijeron que por dar los nombres de su “bandita” quedaba en libertad.
No pasó mucho tiempo, aproximadamente 2 meses y empezó a trabajar en un bar, donde allí conoció a Luciana, una bella morena de ojos verdes con una voz tan dulce como la miel.
Al otro día de conocerse, la invitó a tomar un café y café va café viene…se enamoraron perdidamente.
El quiso saber todo sobre la vida de su novia y ella le contó la tristeza que llevaba consigo…a su padre lo habían matado hacia 2 años en una emboscada que le habían hecho a unos narcotraficantes, con 3 disparos en el pecho, y que ella no pudo despedirse de él, ya que estaban peleados y eso la torturaba.
A Juan todo eso le resultaba muy familiar pero decidió esperar a que termine de contar su desdicha antes de decir algo de lo que se pudiera arrepentir, entonces le preguntó por qué estaba peleada con su padre.
Ella entonces le contó que no hace mucho tiempo, se enteró a través de una charla que escuchó con su madre, donde su padre le contaba que 2 años antes que ella naciera había tenido un bebé con otra mujer, y lo había abandonado en el hospital, en manos de una enfermera.
Juan Guido se echó a llorar desconsoladamente, entonces Luciana le preguntó qué le sucedía, a lo que él le contestó:
-Ese hombre que una vez te conté que maté, sin conciencia alguna, de lo cual todavía hoy estoy sumamente arrepentido, ese hombre…era tu padre y no sólo eso, ¿recuerdas ese bebe que abandonó?... ¿lo recuerdas, eh?, ese bebe soy yo. La chica lo abraza fuerte y sale corriendo con lágrimas en los ojos para la cocina, él sale atrás de ella y ve como su amor, la mujer con la que soñó pasar toda la vida, se mataba ante él.
Su corazón comenzó a detenerse, se acomodó junto al cuerpo de su novia, cerró los ojos y de allí nunca más se despertó.

Luisina Champi,3° “B”

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