miércoles, 15 de octubre de 2008

Crónicas: Diego y Jésica no fueron a Rosario, pero igual son cronistas de otras experiencias...

Una tarde de pesca
Diego Gastaldi.
4º año “B”.
2.008.

Era el primer viernes de octubre, la mañana se presentaba placentera y como todos los días nos encontrábamos en la escuela. En el primer recreo junto a Seba y Franco planeamos una tarde de pesca en el río Carcaraña.

Cuando a las 12:40 horas sonó el timbre de salida nos volvimos a encontrar para acordar los últimos detalles mientras caminábamos hacia casa.

Un momento después nos separamos de Franco y con Seba hicimos algunas cuadras más hasta que cada uno tomó en dirección a su domicilio para almorzar. Antes de separarnos decidimos encontrarnos en esa misma esquina a las 13:30 horas para desde allí pasar a buscar a Franco.

Tal como habíamos hablado en hora y lugar fijado nos volvimos a encontrar ya cada uno con su bicicleta, los elementos de pesca y alguna bebida ya que la tarde sería larga y agotadora.

Al no llegar Franco la hermana nos dijo que éste se había ido hasta las vías del tren a recolectar lombrices que usaríamos como carnada. Entonces decidimos llegarnos a ese sitio para ayudarlo en esa tarea, cuando consideramos tener la cantidad suficiente, regresamos a la casa de Franco recogimos las cañas y emprendimos camino al río.

Después de 45 agotadores minutos llegamos muy cansados al puente de la autopista, bajamos a orillas del río y mientras tomábamos algunos minutos para descansar preparamos las cañas ¡¡¡había llegado la hora de la pesca!!!

Un rato más tarde llegó al lugar Mauro (otro compañero de colegio, y gran amigo) que fue al lugar en moto ya que sabía que estábamos allí pescando y compartió un rato con nosotros y retomó a Correa.

Todo buen pescador sabe que debe buscar el lugar de “pique”, esto hizo que debiéramos trasladarnos en varias oportunidades, hasta que por fin Franco exclamo “¡¡¡así te quería agarrar!!!”, el primer pez, un moncholo no muy grande colgó de su caña. Se repite nuevamente la alegría de Franco, lo que nos indicaba lo de su nueva conquista, ya que dos moncholos eran frutos de una agotadora jornada de pesca.

Nuestra pesca se vio interrumpida, de repente pues nos sorprendió un viento sur muy fuerte y fresco lo que nos obligó a recoger las pertenencias y volver a casa, sin antes de devolver al río los pescaditos.

El regreso fue muy cansador ya que el viento nos impedía avanzar.

Cansados, con hambre y sed llegamos al pueblo y cada uno se dirigió a su hogar dando así por terminada la jornada de pesca que por cierto fue distinta a otras y con una nueva experiencia.

UN VIAJE EN FAMILIA
OVIEDO JESICA
4° B


El año pasado en enero salimos de vacaciones con mi familia. Fuimos a Córdoba. El viaje se organizó para salir un jueves por la noche. Mi papá cargó los bolsos en el auto y a las 22:00 hs ya estábamos en viaje. Mi mamá cebaba mates, mis hermanas y yo íbamos durmiendo. Legamos a la casa que habíamos alquilado en Carlos Paz. El lugar era muy lindo, muy cómodo, estaba cerca del río y de una hermosa arboleda. Descargamos los bolsos y acomodamos la casa. Mientras mi papá y mi mamá se ocupaban de la comida, mis hermanas y yo salimos a recorrer el lugar y después de almorzar pasamos esa tarde junto al río. Por la noche, como estábamos cansados nos bañamos y nos fuimos a dormir.
Al otro día nos levantamos bien temprano para aprovechar el día y salimos a recorrer la ciudad. Con mis hermanas y mi mamá estuvimos mirando vidrieras y compramos algunos regalos. Mi papá se aburrió un poco ese día, pero por la noche se fueron con mi mamá al teatro a ver una obra, mientras mis hermanas y yo nos quedamos en un bar cerca del teatro, el bar era grande y estaba llenísimo de gente. Cuando terminó la obra mis papas nos pasaron a buscar y volvimos a la casa.
El tercer día fue uno de los más divertidos porque salimos a cabalgar por los cerros, aunque mi mamá se quedó porque no le gustan mucho los caballos. Ese mismo día nos bañamos en el río y estuvo muy bueno, la pasamos re lindo. Por la noche estábamos muy cansados pero de todas maneras mis hermanas y yo salimos un rato a un boliche que quedaba en el centro. Ay nos encontramos con amigos de Correa y Cañada de Gómez.
En el cuarto día nos levantamos un poco más tarde, fuimos a comprar la comida al super y nos fuimos a almorzar a un club que estaba al lado del río, comimos asado que hizo mi papá y después nos bañamos en el río. Cuando se hizo la tardecita volvimos a la casa a bañarnos y salimos todos al cetro a dar unas vueltas y a tomar algo. A la noche cenamos en el centro, la comida era muy rica. Mis hermanas y yo nos fuimos a un boliche y mi papá y mi mamá se volvieron a la casa.
Ya al quinto día la suerte nos abandono porque llovió todo el día, así que nos quedamos en la casa acomodando un poco y preparando los bolsos para volvernos al día siguiente. Nos bañamos todos y por la noche salimos a cenar en familia y comimos chivito, estaba delicioso. Después nos metimos en una sala de juego y estuvimos allí hasta la hora de volver a casa.
El ultimo día, cargamos el equipaje y emprendimos el viaje de regreso. Pasamos a comprar alfajores para traer de regalo y visitamos también la gruta de una virgencita. En ese lugar estuvimos paseando y caminando un rato hasta que volvimos al auto y emprendimos el viaje de regreso a Correa. Llegamos a mi casa ya casi de noche, descargamos el equipaje, nos bañamos, cenamos y nos fuimos a dormir. Las vacaciones estuvieron muy buenas y la pasamos genial.

2 comentarios:

Andrea dijo...

Qué buenas crónicas. Mucha producción, los felicito. Y pido permiso para andar por acá con mis alumnos leyendo otros viajes. Felicitaciones a todos!!

alumnos de la escuela de Enseñanza media Nº 260 dijo...

Cómo va a pedir permiso??? pase nomás, lean y hagan sus comentarios que así esto se pone mejor todavía. Gracias por andar por ahí y saludos a todos!